lunes, 29 de enero de 2007




“En este artista la imagen de su escultura gira alrededor del ancestro histórico. Su forma es la diosa madre del ritual y el conocimiento, de lo doloroso y lo cotidiano. Figuras quebrantadas sobre el tiempo pero perseverantes en los espacios. Telurismo iberoamericano y presencia de los extremos intangibles de la energía: la tiniebla y la luz…”
José Luis Contreras Galviz



Desde unos tiempos donde buscaba en el pasado pautas culturales dentro de las referencias americanas, hubo un encuentro con manifestaciones sociales, artísticas y religiosas de las diferentes formas de ser, estar y actuar de lo primigenio de nuestro continente. Las expresiones y morfologías –incas, mayas, aztecas, toltecas, caribes, aimaras, timotocuicas, taironas- fueron motivos de estudio, análisis y de reflexión para abstraer una primera condición que diera contenido visual y argumental de mis esculturas. Lo totémico como inicial conducta de una verticalidad que referenciaba personajes y deidades con la similitud de la estatua, de lo hierático, de lo constituido como emblema de una característica propia de un momento y un espacio humano.

Las formas simplificadas en líneas y planos, para la transposición de los planos , una simbiosis entre la figura y lo arquitectónico., donde los volúmenes positivos son a partir de la recta y forman vértices y como un dogma las curvas para el volumen negativo.
Con estas esculturas traigo el pasado a mi contemporaneidad y lo concibo a partir de la recreación donde los factores constructivos y mi decisión de traducir formas elaboraron la serie “En Busca Del Tiempo Perdido” , desde apropiaciones arbitrariamente sustraídas de Berson y Marcel Proust.
“Guillermo Abdala Plantea su obra como sitios plenos de presencias humanas. Cada unas de sus formas juegan un papel muy preciso en el conjunto arquitectural. Las formas no son blandas, trasmiten tensión dentro de una estructura que se presenta como dinámica…”

Bélgica Rodríguez




Mi definitiva adicción a la historia, me hizo revisar el pasado arquitectónico venezolano y detenerme en observar las iglesias y catedrales de la colonia y referir la atmósfera del misticismo cristiano, y el estudio de cúpulas, campanarios, capiteles, arcos y columnas. Donde la limpieza de los planos, la austeridad de los volúmenes y el juego de grandes superficies con delineados brocales, me advirtieron la sobriedad y la tranquilidad de lo que puede ser sin grandilocuencia ni aspaviento la luz de Dios. Encontré allí una modernidad sin que hubiera estado pretendida y hubo afinidad con el lenguaje de las formas que venia aplicando en mis trabajos.

Grandes paredones con una puerta o una ventana me hacían vibrar y sentir allí un máximo de belleza, y así la arquitectura se evidencio más en mis esculturas y aparecieron “En Tiempos De Catedrales”.


La escultura tuvo espacio para el habitad y las columnas diseñaron misteriosos interiores, la verticalidad se estilizaba hacia lo sublime y los espacios dirigían la visual a entradas sin salidas donde la luz se oscurecía por la presencia de un plano y al girar la luz se revelaba dejando ir la mirada hacia los entornos.



“…la interpretación de Abdala es, por supuesto , personal y subjetiva. Pero su valides estética esta fuera de toda duda. En efecto, estos trazos sinuosos, laberínticos, intrincados, poseen una vigorosa carga de evocación selvática, al mismo tiempo que revelan un mundo maravilloso, donde el prodigio y el portento no tienen que nacer de una elucubración cerebral, porque esta allí, al alcance del ojo humano, sin que el hombre haya hecho nada para que sea así…”


Alexis Márquez Rodríguez




Con el dibujo que venia elaborando, buscando grafismos y tramas particulares a partir del estudio de los petroglifos se fue desarrollando un trabajo con trazos circulares, obsesivas, que se abren y cierran entre espacios donde la línea y el punto valorizados constituyen formas particulares como signos que al relacionarse con otros activan un todo, donde las primeras prácticas pretendían mantener la estructura de los petroglifos, y en el transcurrir la combinación con la literatura, con la presencia primero de ese poema cosmogónico del Orinoco, un ejemplo de literatura barroca, donde la selva es un espacio, una presencia y una condición, me refiero a la novela “Canaima” de Rómulo Gallegos, y los conceptos sobre lo Real Maravilloso en la lectura del prólogo de “El Reino De Este Mundo” hecho por el mismo autor mas la lectura de la novela y algunas charlas del propio Alejo Carpentier, definí algunas situaciones dentro de mi dibujo y una idea de lo que debería ser el Arte latinoamericano y en especial el mío.





Al ver la obra premeditadamente de Wilfredo Lam y después de haber revisado a Picasso y los cubistas, el arte africano y a nuestro Mario Abreu, empezó en mi escultura un sincretismo donde paulatinamente, pero también con una premeditación de pensamiento, se unieron las tres culturas, podría ser un sincretismo. Y allí las columnas místicas sostenían formas expandidas, rompiendo las rectas, creando puntas y dejando escapar largas líneas que terminan en cabezas trapezoides, donde la curva y la diagonal se hacen evidentes y la fuerza concéntrica desata la masa hacia el espacio, hay ritmo musical, presencia de idolillos y referencia de aves o caballos sin serlos, desde una base que respeta condiciones arquitectónicas. Allí lo místico se hizo mágico, lo sagrado mundano y esa serie es “El Compañero Del Pájaro”





“La obra de conjunto de Guillermo Abdala… es tal vez la más libre en la creación de un universo tridimensional, que el artista nos sugiere en el titulo mismo de la obra. “En Busca De Mi Ciudad Perdida”. Los contextos son en efecto rudimentarias corporizaciones de habitats y núcleos de primaria significación, como pudieran serlo aposentos que rigen tanto para el origen remoto de la raza, como para un predio secreto de los sueños y el instinto. Son los lugares que la imaginación más íntima trata de poner en las manos de un poder de concreción que se llama escultura.”

Roberto Guevara





La ciudad, esa recorrida en el transcurrir, vivida y bebida en su proceso de descomponerse y construirse, en la altivez de su crecimiento y el oxidado desgaste, en su luz tamizada, en su mezcla de arquitectura y vegetación, en el miedo de perderla y el disfrute de vivirla. Allí está con su historia, con todas las historias, las leídas y de las que he sido testigo. Desde esas condiciones el recuerdo de la tradición tranquila, desde que se conformo como lugar social, para convivencias y conveniencias, para estar y para ser, y en su recorrido la epopeya y los actos románticos para la libertad que se hicieron efectivos y luego el transcurrir de una vida republicana controversial y azarosa, desordenada y cumpliendo un devenir de construcción entre el progreso y el caos, el pasado y el presente y así armándose definiciones de un ciudadano que a lo mejor todavía no sabe cuales son sus características, por que siempre se esta haciendo.
Y se abre la poesía desde Andrés Bello y Pérez Bonalde hasta Roger Herrera. Entro en el juego de las ilusiones y la rosa de los vientos desde la plaza Bolívar en Santiago de León de Caracas me lleva a diferentes direcciones: Ur, Machupichu, Itaca, Palmira, Balbec, Manaos, Tenochtitlán, Babilonia, Atenas, Coro, Nueva York, Roma, Buenos Aires, Sao Paulo, Tanger, Paris, Maracaibo. Para encontrar la Acrópolis y reconcentrarnos en el Ágora para definir la poesía y hacer el paralelo con la naturaleza y recorrer el Orinoco desde Caicara para ver ciudades de piedra contenidas con alucinantes formas como que si hubieran sido ordenadas por un urbanista enloquecido y allí la fantasía y la realidad se estrechan hasta el revertimiento.
La escultura se convirtió en horizontal y en espacios planimetricos y dejo la verticalidad para que los hombres bajaran las cabezas a encontrarse con el espacio poético donde es necesario reducirse a pequeños seres fantásticos, suerte duendes, para conducirse en la imaginación por pendientes, cuevas, escaleras, muros, profundidades, pasillos, laberintos, pequeñas esferas, conos, círculos, texturas, donde lo arquitectónico, lo constructivo, se combina con lo orgánico que como signos representan vegetaciones, que al concertarse se forman ciudadelas que mas que pertenecer al orbe pertenecen al espacio del alma.Romper con la verticalidad fue un reto, por que en la mayoría de los caso estamos acostumbrados a ver la escultura vertical, hacerla baja y escudriñarla en sus profundidades fue motivo de reflexión, pero tenia necesidad de definir ese espacio, ese terreno, y condensarlo en una realidad escultórica, con el peligro de que se pudiera convertir por ignorancia del receptor o por mi falta de habilidad, en una maqueta sacada de un plano, pero creo que allí juegan los factores sutiles y valores plásticos para crear la atmósfera, hecho primordial en una escultura.




‘… se cumplen más bien en ellas el enlace y el desenlaces de nuestro idioma hecho pensamiento plástico y anécdota imaginaria, manifestada en la materialidad dócil y las formas que en ella se realizan.”

Zacarías García








Los volúmenes negativos me han persuadido a través del tiempo y en un momento tuve la necesidad de reafirmar en la escultura negativos continuos, teniendo como referencia pequeños volúmenes positivos delineando esos negativos. En mis inicios en el oficio escultórico, hice una serie de trabajos llamados estudios en negativo y después el negativo apareció en algunas obras, en algunos lugares estratégicos, también estaba pendiente mi goce por el resultado de los moldes, eso que se llama negativo, pensé siempre que eran formas mas audaces que las del resultado final, cuando las obras regresan al positivo. Fue cuando comencé a hacer los encofrados y a hacer la escultura dentro de mi lógica de la forma y los esquemas estructurales de la narración volumétrica de la real idea, para luego vaciar en concreto y después descubrir los espacios y las formas al extraer los materiales con que había construido la escultura y así ver el mundo al revés de mis ideas y de un gran negativo emergiendo las formas. Allí el vacío tiene densidad , es en su ausencia la realidad del modelado. A estos primeros encofrados les llame “Ur, Ciudad Arcana”.

Luego descontrucción de la ciudad, pedazos, partículas, como restos arqueológicos, que recuerdan aquellos pensamientos de Schopenhauer, que me hizo titular : “Vivimos En Las Futuras Ruinas De La Humanidad”, buscaba recipientes para trabajar las obras adentro: cajas de uvas, poncheras, y en esa búsqueda del contenedor conseguí desperdicios producidos por el hombre y abandonados en lugares de la ciudad como desecho, aparecieron los animes con sus diseños de acuerdo a sus contenidos: juguetes, línea blanca herramientas, aparatos electrónicos. Empezó una nueva técnica, producto del azar, lo aleatorio, para ser conducido a la construcción de un molde, donde participan otros elementos como arcilla, madera, plástico, etc. Formas ya elaboradas por la industria como discos, platos, botellas llaves y técnicas como el modelado, el ensamblaje y la talla del anime, hasta construir un molde consistente donde hay unas intenciones generales no comprobadas en la construcción, con la aspiración de una composición voluntaria para que la sorpresa sea un factor participante y tener la sensación de haber hecho lo desconocido por mi.

En esta etapa los formatos son de distintas maneras: horizontales, cuadriláteros, rectangulares, amurallados, verticales, apaisados. En ellos la ciudad, la plaza, el paseo, grupos de edificios, cúpulas, rotundas y coliseos, como partículas de edificaciones, torres, pedazos de paredes acontecidas y una ilusión de ornamentos, de sellos, de impresiones de letras y números en un aspecto desgastado y corroído por el tiempo, situacionalidad de un espacio y evocación del pasado en unan definición a veces constructiva, otras cubista, pero dentro de una materia y una superficie donde pueden suceder tiempos históricos, platónicos, metafísicos , evocativos, arqueológicos, cognitivos, gestaltitos y sensualistas.


“…piezas como “PEDAZOS DE CEMENTOS”, evaden las formas salientes, que se adentran hiriendo el espacio. En esta serie busca un contacto opuesto el volumen como recipiente, como vientre telúrico del espacio, que exige una relación diferente con el público, obligado entonces a involucrarse más con la obra, a penetrarla táctil y visualmente. Asimismo, desea acercarnos al pensamiento negativo, nacido por la oposición con la realidad, como negación a la inmediatez, que nos enfrenta a la trascendencia de nuestra carnalidad.”

Eduardo Planchrt








3 comentarios:

Anónimo dijo...

hola guillermo es Newton... que depinga encontrar tu trabajo

un saludo

te agrege a mi blog

Roccocuchi dijo...

que bello tu blog!!! me encantó!!!

ERRM dijo...

En paz descanse, gran maestro Guillermo Abdalá.